La fabricación de cerveza es tan antigua como el cultivo de los cereales, y, si bien nadie sabe exactamente cuándo el ser humano comenzó a fabricarla, muchos estiman que fue hace 30 mil años. El reciente hallazgo de un sello de unos cuatro mil años que tiene inscrito un himno a Ninkasi, diosa de la cerveza, reveló que los sumerios de ese período ya sabían cómo hacer la malta, una bebida reservada sólo para dioses y sacerdotes.
En la China ancestral también se fabricó cerveza, la que era producida a partir de cebada, trigo y arroz; mientras que en el antiguo Egipto, Mesopotamia y Europa, el grano preferido lo constituía la cebada, siendo los egipcios quienes introdujeron el uso del lúpulo para brindarle su característico sabor amargo. Los monasterios medievales elaboraron sus propias variedades y tuvieron la responsabilidad de difundirlas por todo el Viejo Continente.
Hoy, esta bebida es una de las más populares a nivel mundial, existiendo diferentes tipos y estilos de fabricación que la hacen diferir en cuanto a color, sabor, aroma y contenido alcohólico. Así, por ejemplo, se las puede dividir en cervezas de alta fermentación (Ale) y de baja fermentación (Lager).
Las primeras tienen un alto porcentaje de alcohol y son muy aromáticas, destacando entre ellas la Stout (irlandesa) y la Hafe-Weizen o Weissbier (alemana). Por otro lado, las Lager se distinguen porque su sabor y aroma están dominados por el lúpulo y la cebada malteada, destacando cinco variedades: Pilsner (la más difundida en Chile), Dortmund, Munich, Bock y Marzen, la mayoría de ellas de origen alemán.
Por extraño que parezca, la cerveza también genera beneficios para la salud y es bastante más sana que algunos licores. El mismo hecho que contenga un 93 % de agua, un bajo grado de alcohol y algunos nutrientes, la hacen aconsejable para una dieta balanceada. El primer plus es que la cerveza tipo lager no engorda mayormente. Según el doctor Williams David, de la Universidad de Cardiff, "el vientre predominante del cervecero no es por la cerveza (45 cal/100cc). Lo que sucede es que ella es un estimulador del apetito".
Otras investigaciones de la Universidad de Harvard han llegado a la conclusión que el consumo moderado de cerveza reduce enfermedades cardíacas y previene la arteriosclerosis. Carlos Saavedra, miembro titular de la Sociedad Chilena de Ciencias Fisiológicas, afirma que "las investigaciones realizadas por los norteamericanos han resuelto que los bebedores frecuentes de cerveza tienen un índice de tres años más de vida". Y agrega: "Esto se debe a que los efectos de la ingesta moderada del alcohol, como el que contiene la cerveza, genera una elevación del HDL (Lipoproteína de Alta Densidad), que disminuye el colesterol, despejando las grasas en las arterias"
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